sábado, 11 de mayo de 2024

Conclusiones


Formo parte del Consorcio de bomberos de Valencia (CPBV) y este curso me ha permitido conocer de manera amplia los protocolos de actuación y cómo se lleva a cabo la coordinación internacional respecto a la ayuda humanitaria, ayudándome a ver las emergencias desde una perspectiva más global.


El apoyo internacional que, junto a la solidaridad que existe entre los diferentes países, se emplea a fondo para atender en las grandes catástrofes que por desgracia acontecen en los tiempos que corren. Así, la Ayuda Humanitaria y Cooperación Internacional en Materia de Protección Civil y Emergencias es de vital importancia para poder paliar los efectos producidos por los desastres naturales y los diversos conflictos humanos e intentar minimizar las pérdidas humanas.


De todo lo expuesto, me quedaría con 3 cosas fundamentales, además de todo lo que están aportando mis compañeros:
- La importancia de la coordinación entre todos los organismos que forman parte de la ayuda humanitaria.
- El apoyo psicosocial y la comunicación entre todos los organismos implicados.
- La necesaria formación continua y práctica de todos los implicados.


Por último, me gustaría destacar que la documentación de apoyo y las ponencias han sido de gran provecho.


ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES

¿Qué es una ONG?

El acrónimo ONG significa Organización No Gubernamental. Aunque, en sentido estricto, cualquier organización privada es una organización no gubernamental, el término ONG,​ u oenegé,​ se utiliza para identificar a organizaciones cuyo objetivo fundamental es social, pero no están asociadas a ningún gobierno.


¿Cuál es el origen del término ONG?

Los primeros usos del término ONG datan de 1945, año en que se creó la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La ONU —que, por su parte, es una organización intergubernamental— incluyó como observadoras en sus asambleas a ciertas agencias especializadas; es decir, a organizaciones no gubernamentales.

Más tarde, el término se utilizó de forma más amplia. Hoy en día, según la ONU, una ONG es cualquier organización privada independiente de la administración del Gobierno, siempre y cuando no tenga fines de lucro, y no sea un grupo criminal o un partido político.


¿Cómo se clasifican las ONG?

Las ONG son difíciles de definir y clasificar porque el término se usa de forma consecuente en todas las regiones y ámbitos. Por ejemplo, en algunos países, el término ONG se aplica a organizaciones que en otros países se llamarían ONL (organización sin ánimo de lucro), y viceversa. En consecuencia, las clasificaciones suelen referirse a sus ámbitos de operaciones, como: regional o internacional, ambiental, social, etc.


¿Cómo se conforma una ONG?

Las ONG son una forma de asociación civil. Por lo general, se conforman y encuentran a cargo de ciudadanos comunes que comparten una visión y misión. Las ONG pueden obtener financiamiento estatal, de otras ONG o de particulares y empresas. Con el fin de mantener su autonomía de gestión e imparcialidad, algunas ONG evitan la financiación oficial y trabajan con donaciones y voluntarios. Según el país en el que tengan sede, las ONG deberán seguir distintos pasos para constituirse de manera oficial y ser reconocidas como tales.


¿Cuáles son las ONG más grandes de España?

Las diez organizaciones no gubernamentales más grandes de España son:
Unicef.
Médicos sin fronteras.
Cruz Roja (dentro de la institución internacional Red Cross o Red Crescent).
Acnur.
WWF España.
Save The Children
Oxfam España.
Amnistía España.
Greenpeace España.
Adra.





 CRUZ ROJA







MÉDICOS DEL MUNDO




Apoyo psicológico a intervinientes en catástrofes

 


Las demandas a los psicólogos en situaciones de emergencia son variadas, pudiéndose dividir en tres fases diferentes. En las primeras, dichas demandas suelen ser: Contactar y conectar; ofrecer protección y seguridad; proporcionar información veraz; facilitar la comprensión; asesorar a los allegados de los afectados; mediar en conflictos; identificar y reducir los pensamientos distorsionados que puedan surgir; explicar la normalidad que hay en las reacciones emocionales, cognitivas, fisiológicas y conductuales que pudieran manifestar los implicados; dar claves para reducir la ansiedad; vigilar que el afectado duerme, come y bebe; indagar si hay psicopatología previa; fomentar y reforzar las estrategias de afrontamiento, el sentimiento de control y de autoeficacia; valorar factores de vulnerabilidad y protección; identificar posibles derivaciones profesionales; buscar apoyo social y/o especializado; preparar a la persona para reconocer cadáveres y acompañarla en el momento si así lo solicita; acompañarla en el entierro si así lo solicita. En fases posteriores, algunas de las demandas consisten en: realizar seguimientos, observar el proceso de asimilación de la pérdida, ayudar a elaborar el duelo, comprobar si ha habido pérdida de funcionalidad con respecto a la vida que llevaba antes del suceso, valorar las estrategias de afrontamiento, la autoestima o el sentimiento de autoeficacia, ayudar a la toma de decisiones, identificar los aspectos bio-psico-sociales que puedan estar interfiriendo en la adaptación a la nueva situación, o derivar a profesionales especializados si fuera necesario. A muy largo plazo, hay que comprobar que la persona ha conseguido rehacer su vida y adaptarse al cambio que supuso aquel suceso. Lo cual no significa olvidarlo, sino no seguir atrapado por él.

Aunque los miembros que forman los equipos de rescate y de apoyo puedan experimentar sentimientos de satisfacción laboral y de enriquecimiento personal por haber ayudado a otras personas en situaciones dramáticas, también se han descrito reacciones negativas en dichos profesionales tras intervenir en estas circunstancias. En los años 60 del siglo pasado, varios autores destacaron el impacto y deterioro psicológico a largo plazo por el que pasaron los miembros del equipo de primera respuesta al bombardeo atómico de Hiroshima y, en los 80, los miembros de los equipos de rescate llegaron a ser conocidos como "las víctimas ocultas de los desastres". Tanto los equipos de rescate, como los de apoyo, se enfrentan a un riesgo laboral debido a la elevada exigencia emocional que demandan estas intervenciones, pudiendo manifestar, tras ellas, "síndrome de fatiga por compasión", también conocido como "desgaste por empatía" o "estrés traumático secundario".

Las medidas para hacer frente a esta exigencia emocional del trabajo son variadas y todas dependen de la cadena mando. En un nivel primario, se debe formar al personal, tener protocolos de intervención, crear normativas que agilicen las distintas labores y hacer simulacros de entrenamiento. En un segundo nivel, se deben tener en cuenta las vicisitudes por las que están pasando los intervinientes en su vida privada antes de enviarlos a intervenir (problemas familiares, enfermedades o muertes cercanas de seres queridos, etc.), establecer turnos de descanso, darles el apoyo material necesario para realizar su trabajo, así como apoyo afectivo o reconocer la importante labor que realizan para la institución que representan y para la nación. Una vez acabada la intervención, se debe marcar una fecha para la puesta en común, la supervisión afectiva y la retroalimentación.

Tanto la capacidad de mantenerse estable, como de recuperarse tras acontecimientos traumáticos, se denominan resiliencia psicológica. Además de esta habilidad para resistir o adaptarse a situaciones difíciles, se ha descrito otra característica muy frecuente en personas que han sufrido un trauma y es la capacidad de experimentar crecimiento interior. Esta evolución positiva, denominada "crecimiento postraumático", se asocia con una percepción renovada de la vida, un cambio en las prioridades, aprovechamiento de nuevas oportunidades, fortalecimiento interior, mejoría de las relaciones personales y cambios espirituales (asociados éstos, o no, a sentimientos religiosos). Estas vivencias las han experimentado personas que se han enfrentado a diferentes tipos de traumas, como procesos de enfermedad grave o terminal, distintos tipos de duelo, o haber sobrevivido a guerras y catástrofes naturales.

El apoyo psicológico en situaciones de emergencia y crisis consiste, en resumen, en movilizar los mecanismos innatos y adquiridos de resiliencia de los afectados, con intervenciones en tres fases y basadas en la evidencia demostrada. Así, se agiliza la activación de sus estrategias de afrontamiento ante la situación y, en fases posteriores, se favorece la adaptación, superación y el crecimiento postraumático.

Los equipos UNDAC


El Sistema UNDAC tiene tres equipos regionales: Europa/África/Medio Oriente, las Américas (incluyendo al Caribe) y Asia y el Pacífico. En los casos de emergencias internacionales de gran envergadura, todos los miembros contribuyen a establecer los equipos UNDAC.

Los miembros del equipo UNDAC  que están mejor capacitados son los equipos que ONU desplaza sobre el terreno para preparar el dispositivo que llegará en una segunda fase y poder así paliar los errores de descoordinación, logística, etc., que hasta el momento se producían.



Los mecanismos internacionales de coordinación


La ayuda internacional en la actualidad debe ser eficiente, enviando aquellos recursos donde sean necesarios con una una buena planificación y estrategia. No se trata de enviar recursos humanos y materiales sino de enviar estos recursos con unos objetivos tácticos bien definidos que den respuesta a la emergencia de manera eficiente y correcta. Para ello, se demanda de unas estructuras que si bien no pueden ser permanentes, han de estar suficientemente entrenadas para que en caso de emergencia puedan llegar a actuar de manera correcta y eficiente en caso de ser necesitadas. Estas unidades han de permitir una coordinación con las autoridades locales que cumplan con las necesidades que requiere la emergencia sin saturar las ya deficientes y desbordadas capacidades organizativas y logísticas locales.


Por ello, a pesar de la evolución que ha transcurrido a lo largo de todos estos años, aun queda mucho camino por recorrer tanto a nivel operativo, como logístico y tecnológico.

Derecho Internacional Humanitario y Protección Civil


La Protección Civil se inicia con la 1 Guerra Mundial. Se constituye en su primera etapa con órganos militares, y con el transcurso de los años, va ampliándose y colaborando en diversas catástrofes y deja de ser exclusiva de conflictos bélicos.


En el siglo XXI cuenta con un marco de intervención de la Protección Civil que abarca todo tipo de emergencias y todos los ámbitos territoriales des del ámbito municipal hasta el internacional, generando un entramado de ayuda en todo tipo de emergencias y en cualquiera de sus fases.

Hoy en día encontramos organizaciones tan relevantes como:

- La organización internacional de Protección Civil 
- La oficina de Naciones Unidas para la coordinación humanitaria
-Mecanismo europeo de la Protección Civil 

A pesar de toda la evolución, el poder de la soberanía nacional que ejercen los Estados, hacen que la coordinación entre marco normativo y operativo no sea lo suficientemente fluido y aun dista mucho de ser perfecta.

viernes, 10 de mayo de 2024

MECANISMOS DE PROTECCION CIVIL DE LA UE

 


    La UE tiene competencias complementarias en el ámbito de la protección civil, lo que significa que apoya, coordina o complementa las acciones de sus Estados miembros de prevención, preparación y respuesta en materia de las catástrofes naturales y de origen humano, dentro y fuera de la Unión. 

    El MPCU, creado en 2001, es el principal instrumento para coordinar la protección civil a escala de la UE. Se basa en un sistema voluntario de asistencia mutua y en capacidades de respuesta comprometidas previamente por los Estados miembros de la UE y otros seis Estados participantes (Islandia, Noruega, Serbia, Macedonia del Norte, Montenegro y Turquía). La ayuda puede adoptar la forma de asistencia en especie, despliegue de equipos preparados especialmente o evaluación y coordinación por parte expertos enviados sobre el terreno. 

    En 2019 se creó una reserva específica de capacidades de respuesta a nivel de la UE, la «reserva de rescEU», para responder, como último recurso, a situaciones de extrema gravedad en las que sean insuficientes las capacidades existentes a nivel nacional y las comprometidas previamente por los Estados miembros para la reserva de recursos colectivos. 

    Las capacidades de rescEU son adquiridas, alquiladas o arrendadas financieramente por los Estados miembros que las albergan, mientras que la UE cofinancia su desarrollo. Como parte de la respuesta a la COVID-19, la reserva de rescEU, que se componía hasta entonces de aviones y helicópteros para extinción de incendios, capacidades de evacuación médica y capacidades de equipos médicos de emergencia, se amplió con una reserva de equipos médicos. Propuesta de la Comisión Europea La pandemia de coronavirus puso de manifiesto las limitaciones del marco actual del MPCU, que depende en gran medida de las capacidades de los Estados miembros en caso de emergencias a gran escala que afecten a varios países al mismo tiempo, y de la necesidad de mejorar la preparación de la UE. 

    El 2 de junio de 2020, la Comisión presentó una propuesta para modificar las normas por las que se rige el MPCU y aumentar su presupuesto. Con arreglo a la propuesta, la Comisión podría adquirir directamente capacidades de rescEU para ayudar a los Estados miembros desbordados por una catástrofe. La UE financiaría íntegramente los costes de desarrollo y funcionamiento de las capacidades de rescEU. Posición del Parlamento Europeo 

    El 3 de septiembre de 2020, la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria (ENVI) del Parlamento aprobó su informe sobre la propuesta. El Parlamento Europeo adoptó su Posición el 16 de septiembre. Los negociadores del Parlamento y el Consejo alcanzaron un acuerdo provisional el 8 de febrero de 2021. Según el acuerdo, el presupuesto total asignado al MPCU para el período 2021-2027 ascenderá a 3 319 millones EUR a precios corrientes (de los cuales 2 056 millones EUR procederán del instrumento de recuperación de la UE). 

    La Comisión podría adquirir directamente, con determinadas condiciones, los recursos necesarios en el marco de rescEU. El Parlamento se aseguró de que se asignaran recursos financieros suficientes a los tres pilares del MPCU (prevención, preparación y respuesta frente a las catástrofes), con salvaguardias para los fondos destinados a la prevención. Logró un aumento de los requisitos de visibilidad de las acciones financiadas por la UE. También respaldó que la Comisión y los Estados miembros definieran objetivos de resiliencia ante catástrofes para apoyar acciones de prevención y preparación destinadas a mejorar la capacidad global de resistir los efectos de las grandes catástrofes transfronterizas. 

El acuerdo fue refrendado, del lado del Consejo, por el Coreper el 17 de febrero, y fue aprobado por la Comisión ENVI el 25 de febrero de 2021.